Jaqueline
Trade es sometida durante diez horas a algunos de los principales experimentos
realizados en animales en los laboratorios de todo el mundo.
Todo
esto detrás de una ventana en una de las calles más famosas de Londres. Los
electrodos en la cabeza, los ojos líquidos irritantes, inyecciones de
sustancias tóxicas, la obligación de tragar los alimentos, Jaqueline ha puesto
a prueba todas estas prácticas en su piel.
Un intento de hacer que la gente entienda lo que están obligados
a soportar miles de animales cada día, para poner a prueba casi todos los
productos de consumo. Jaqueline muestra la brutalidad de las pruebas con
animales, la única diferencia es que al final de todo ella podrá irse a casa, a
diferencia de los animales que son simplemente asesinados.