Parece que el sexo es un tema tabú, a quién lo habla tranquilamente se le tacha de degenerado, por contra, quién no quiere ni oír hablar del tema se le tacha de reprimido. Existe un punto medio que debemos encontrar en nuestro día a día y sobre todo, antes de iniciar cualquier tipo de relación.
Antes de meteros en la cama con alguien por primera vez, aunque suene totalmente fuera de lugar, debéis dejar claro lo que esperáis de esa relación. Esto es algo primordial porque luego llegan las sorpresas… que si uno quiere que sea el inicio de algo bonito y de largo plazo, que si el otro quiere que aquello quede simplemente en un “polvo de una noche”, el caso es que aquello no acabe en un futuro malestar. Pero es que resulta muy difícil iniciar una conversación sexual interrumpiendo o robando tiempo al mismo sexo.
La sinceridad resulta imprescindible, por ello, aparte de hacerle saber a la otra persona lo que se espera de esa relación, también tenéis que hacerle saber lo que os gusta, lo que no os gusta y cómo os gusta hacerlo. A ver, sinceramente, si tenéis algún “pero” u “objeción” en cuanto a realizar según qué cosas, éstas pueden descubrirse mientras estáis haciéndolo pero claro, siempre hay excepciones y en situaciones que se salen de la práctica normal del sexo, más vale dejar claro hacia donde queremos ir o qué queremos evitar.
Pensar que al principio, cuanto más habléis, menos os tendréis que reprochar al final. Imaginaros que llega el momento de sacar el condón y, oh sorpresa!, no hay condón. Sin duda es un momento de inflexión, ¿arriesgarse o no?, ¿de verdad vale la pena? No habría hecho falta llegar a ese momento si antes de iniciar la relación a uno de los dos se le hubiese ocurrido preguntar si uno de los dos tenía condones.
Y una vez que la comunicación está servida solo queda disfrutar del sexo en todas sus vertientes. ¿Y dónde? Pues en una de las ciudades donde más solemos visitar en verano: Roma. La mejor opción es alquilar alguno de los muchos apartamentos en Roma y a parte de visitar todo lo que vuestro cuerpo aguante, podréis sentir la comodidad de estar en “vuestra propia casa”.